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Hace varios años llegó un jovencito, con muchos sueños, interrogantes y aspiraciones, traía una maleta pequeña, rápidamente me comentó lo que su maleta contenía y se parecía mucho a una que yo tenía guardada pero no llevaban conmigo a ningún viaje.

Yo me fui de viaje, un largo viaje, en el camino conocí muchas personas con las que crecí y me lastimé, conocí bellos lugares y nuevas emociones, de vez en cuándo volvía a mí mente aquél joven con su maleta, esporádicamente cruzábamos palabras por una carta o una llamada.

Un día, después de 3 años nos vimos de nuevo, su maleta era más grande, él había viajado también y los lugares que conoció le dejaron nuevas aspiraciones. Me pidió guardara su maleta y con gusto lo hice.

Lo veía y me surgía un cariño muy genuino y único, atrevidamente abrí aquella maleta y aunque él al inicio no quería, lo convencí y poco a poco me mostró casi casi todos lo que cargaba.

Algunas noches al sacar un miedo de la maleta lloraba, otras al mostrarme un sueño o meta sonreía y se ilusiona.

Lo vi todo, la infancia, las carencias, el odio, el miedo, el fracaso, las heridas, el amor, la traición, las inseguridades, los sueños, los logros, las victorias, las sonrisa, el orgullo, el potencial y, de todo cuanto vi me enamoré.

Me enamoré pero me negué, me negué porque ya no quería amar, ya no quería que me rechazarán de nuevo. Y me rechazó una y otra vez, no recuerdo cuantas veces fue.

Intenté sacarlo con todo y maletas de mi casa a pesar del sentimiento pero, aquello pasó del deslumbramiento, al enojo luego al reclamo se transformó en rabia, en angustia en impotencia incertidumbre, me robó lo paz porque no podía controlarlo, hasta que vi que la única persona que tiraba y encogía la cuerda revolviendo todo era yo.

Me tomó noches enteras, meses, años, muchos cafés y comidas, risas y llantos, metas y fracasos intentos fallidos de reemplazo el darme cuanta que me había enamorado, y que ahora el amor, como nunca antes se había transformado, que ahora ya no era un quiero para mí, un lo quiero conmigo sino un quiero para vos, un procuro para vos.

Creo que todos buscamos esto, que nos amén así, que nos procuren el bien a pesar de nuestras limitaciones humanas, un amor que trascienda la razón, la lógica, la tradición la cultura, el espacio y el tiempo.

Que feliz me hace saber que tienes a alguien que te ama sin condición,que me tienes a mi aunque yo no te tenga a ti, y eso está bien. Está bien para mi.

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